Es una tarde cualquiera donde el trabajo continúa. El ambiente está calmado y todos se sientan a jugar cartas por un momento. Mientras tanto, las flores esperan por un comprador detallista. Este es un amplio espacio que se han tomado varios vendedores informales en el sector de Ciudad Jardín. Aquí hay otra dinámica, parece que estos personajes le dan al sitio un aire más real, más movido; donde el hambre del día se evita trabajando en un andén, en un semáforo, en un suelo gris desgastado. Ellos de algún modo colorean la calle, la toman y la convierten en un establecimiento más de la ciudad. Este es un negocio sin puertas. Su fachada son los árboles y el pavimento. Es una pieza más del paisaje urbano.
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